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Chiquián, en todo sentido

Chiquián, ciudad y distrito

La laguna Conococha se extiende entre las provincias de Recuay y Bolognesi, dos de las veinte que reúne el departamento de Ancash. Chiquián es la capital de Bolognesi y el nombre de un distrito. La ciudad de Chiquián se encuentra a 3347 m.s.n.m. Tiene una población que bordea los 4500 habitantes, entre rurales y urbanos.

Provincia de Bolognesi

La provincia de Bolognesi limita por el norte con Recuay, con Ocros por el sur y el oeste, y con Huánuco por el este. Tiene una población estimada de 24000 habitantes y sus distritos son, Huallanca, Aquia, Canis, Cajacay, Chiquián, Colquioc, Huasta, Huayllacayán, La Primavera, Mangas, Pacllón, Ticllos y San Miguel de Corpanqui.

Chiquián y Pampa de Lampas

“Chiquián ocupa el extremo meridional de la provincia de Bolognesi, extendiéndose íntegramente a lo largo y ancho del nudo o codo andino de Lampas que al desprenderse de la cordillera occidental… toma el nombre de cordillera Negra… el distrito de Chiquián se extiende en la comprensión de la margen derecha del río Aynín…”. (Reyes Barba, Mario)

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Actividades productivas

Las principales actividades productivas de la provincia de Chiquián son la agricultura, la ganadería, la producción de quesos, los servicios y el comercio. A pesar de que la proximidad con los nevados de la cordillera Huayhuash dota de abundante agua a la zona, no se dispone de reservorios para garantizar la producción agrícola.

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Espejito del cielo

A la ciudad de Chiquián se la conoce como “espejito del cielo” debido a que se encuentra enclavada al pie de los maravillosos nevados de la cordillera Huayhuash y en medio de una verde campiña. La pequeña ciudad ya muestra la dialéctica entre la fisonomía tradicional y la moderna.

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Orígenes del nombre

Dos hipótesis sobre el topónimo Chiquián circulan entre los parroquianos. Una alude a que en el lugar hubo un lago cuya denominación precolombina era Sequian Cocha. La otra versión se basa en la voz del gorrión (chiquia), ave que abunda en la zona y cuyo sonido, chic – chic, anuncia la llegada de visitas.

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Comunidad campesina

La comunidad campesina de Chiquián fue reconocida en el año 1933 pero su titulación se dio recién en 1999. Agrupa a 293 familias comuneras. Los efectos del cambio climático impactan severamente al campesinado local pues se trastocan los ciclos naturales habituales, las temperaturas y los flujos del agua.

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Las manadas

La ganadería de pequeña escala en Chiquián se centra en el manejo de manadas de ovejas, más que en ganado vacuno. Sin embargo la producción de quesos fabricados con leche de vaca es una actividad económica importante en la zona, tanto que existe un queso más fresco que maduro, identificado con el nombre Chiquián.

La leyenda de Pisanamaría

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El origen mítico

Una leyenda conocida como Pisanamaría explica el origen de Chiquián. Hacia 1650 apareció en diversos lugares una mujer desgreñada y enloquecida con una escoba en las manos, cuya presencia acarreaba la temida peste mortal. Los habitantes de Matara intentaron apedrear a la mujer pero esta los maldijo. Los matarinos decidieron entonces dejar su pueblo y buscar otro asentamiento.

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Ocupación del lago

El grupo humano que fugó de Matara encontró en Sagyán Cocha un espacio acogedor, con buen clima y allí se asentó. Poco a poco pobladores de otros lugares que también escapaban de la peste negra se fueron sumando y así se constituyó Chiquián. En este proceso se fue desecando la gran laguna que ocupaba parte del territorio elegido.

Chiquián en el virreinato

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De Cajatambo a Bolognesi

Durante el Virreinato la villa de Chiquián perteneció al vicariato de Cajatambo y así se mantuvo hasta entrada la República. En 1902 los chiquianos exigieron ser parte de una nueva provincia, la que se oficializó el 31 de agosto de 1903, con el nombre de Bolognesi, con Chiquián como su capital.

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Zona Ganadera

Con el Virreinato se crean en Chiquián importantes haciendas como Tallenga, Obraje y La Florida, básicamente ganaderas y con agricultura de panllevar. Hoy en la zona la ganadería se está reduciendo y la producción agrícola comienza a orientarse a la agroindustria, especialmente con cultivos de palta, arándanos y fresas, con riego tecnificado.

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Creación de un obraje

La hacienda Obraje lleva ese nombre porque en el siglo XVII el virrey ordena la creación de un centro de producción textil (un obraje) en el lugar llamado Pincos, donde hasta hoy se emplaza la propiedad. El obraje original fue causa de conflictos sociales por la explotación de los mitayos, trabajadores indígenas en condición de esclavitud.

Modernización de las haciendas

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Hacienda Obraje

Andrés Espejo Barrenecha administra actualmente la hacienda Obraje; él recoge la tradición según la cual en la firma de la capitulación de la batalla de Ayacucho, sobre la mesa del acuerdo lucía un poncho de lana tejido en esos predios. Hoy de Obraje salen fresas, lo que desplaza la tradicional producción de maíz, habas, cebada y trigo.

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El mural del obraje

En Obraje se levanta una antigua capilla dedicada a la Virgen Purísima. Una de las pinturas murales de su interior, al lado del altar mayor, retrata a la Sagrada Familia en plena actividad textil, bajo el cuidado del Espíritu Santo, evidencia incontrastable de que los tejidos chiquianos fueron cotizados más allá de la localidad.

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Hacienda La Florida

La hacienda La Florida, propiedad de Eduardo Martín, ha reemplazado el panllevar tradicional por el cultivo de palta. La modernización del agro con riego tecnificado es la estrategia que requiere el agro chiquiano. Lo mismo vale para la urgencia de mejorar los pastos de los que depende la ganadería y por tanto, la producción de quesos.

Arquitectura tradicional chiquiana

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Balcones “para serenata”

En la pequeña ciudad de Chiquián sobrevive el trazado virreinal de las calles y manzanas y algunas muestras de arquitectura tradicional republicana. Son típicos los balcones “para serenata”, apenas una balaustrada pegada a la puerta del segundo piso. Muchas viviendas antiguas permanecen cerradas con candado y muestran hermosa rejas en sus ventanas.

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Casona Márquez

La casona de la familia Márquez con su impecable fachada de color celeste es un modelo de conservación. Hoy se encuentra habitada por sus propietarias Betty Márquez y Mapi Cárdenas, madre e hija, ambas muy involucradas en preservar tradiciones y valores chiquianos. Los jardines de la propiedad llaman la atención por su cuidado.

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Casona hotel San Miguel

Clásica edificación serrana con un precioso jardín central, la casona transformada en el hotel San Miguel se levanta en dos pisos de adobe y madera. Por este hospedaje han pasado célebres andinistas de todo el mundo de paso hacia la cordillera de Huayhuash, cuando Chiquián era la base para dicha actividad deportiva.

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Casona Aldave

En la parte alta de Chiquián se emplaza la casona de la familia Aldave, una de las más tradicionales de la localidad. De grandes dimensiones, la casa fue diseñada para albergar a una extensa parentela que se reúne en diversas fechas del año, sobre todo para las celebraciones del 30 de agosto, Santa Rosa y la Captura del Inca.

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La Posada Imperial

Una interesante muestra de arquitectura moderna que integra diseño y materiales locales tradicionales, es el hotel La Posada Imperial. Consta de un gran patio central en torno al cual se distribuyen las habitaciones. Este hotel es el legado del empresario Eduardo Martin a su tierra, apostando por el turismo.

“Yo soy Luis Pardo, señores”

Personaje legendario

Una leyenda viva de Chiquián alude a un hombre que en el cambio de siglos entre el XIX y el XX nació y murió en esa localidad, sintonizando con la pobreza del campesino, Combatiendo la injusticia con lógica de bandolerismo, toreando, cantando y tocando la guitarra. Es Luis Pardo.

Entre Huaraz, Chiquián y Lima

Luis Pardo fue hijo de Pedro Pardo Zorrilla y Paula Novoa. Nació el 19 de agosto de 1874. Hizo sus primeros estudios en Huaraz pero volvía al fundo familiar de Pancal en sus vacaciones. Vivió con su abuelo Luis Pardo El Viejo. Su secundaria la terminó en el colegio Guadalupe de Lima.

Prototipo del bandolero justiciero

La fama de Luis Pardo comienza a crecer cuando se hace conocer como un gran jinete, aficionado a las corridas de toros, músico, poeta, bohemio y mujeriego. Su bandolerismo se relaciona con el afán justiciero que lo llevaba a combatir a los terratenientes abusadores y a las autoridades corruptas.

Contra el hacendado de horca y cuchillo

Según el historiador Alberto Flores Galindo, en la mitad del siglo XX Chiquián albergaba a un fuerte grupo de terratenientes agricultores y ganaderos, cuyo poder se ejercía sobre las comunidades de la zona. Luis Pardo surge contra esa figura de hacendado de horca y cuchillo, cruel abusador de indios.

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La muerte lo hizo mito

Durante el gobierno de Leguía la fama de Pardo se extendió hasta la capital. El gobierno organizó un operativo para capturarlo, compuesto por cincuenta hombre armados. Pardo fue acribillado el 5 de enero de 1909, cuando tenía 35 años de edad. Un tiro en la cabeza del cadáver selló el mito del héroe popular.

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El vals del Tunante

Sobre Luis Pardo se han escrito ensayos, novelas, canciones y poemas; y se han filmado dos películas peruanas. Su icónica presencia es total en Chiquián. Abelardo Gamarra “el Tunante” y Justo Arredondo compusieron un vals que lleva el nombre del bandolero: “Detrás de cada peñón/parece ver a su amada/que viene como escapada/en busca de su corazón”.

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El campesino de hoy

Luis Pardo se popularizó entre un campesinado que hoy pertenecería a la Comunidad Campesina de Chiquián. Esta organización fue reconocida en el año 1933 y titulada en 1999. Agrupa a 293 familias. Sus integrantes son pequeños agricultores y ganaderos. También extraen arena y piedras para abastecer a las empresas mineras.

SANTA ROSA Y LA CAPTURA DEL INCA

Patrimonio Cultural del Perú

La fiesta de Santa Rosa se celebra en Chiquián a lo grande, junto con la Captura del Inca, todos los años durante nueve días, con fecha central el 30 de agosto. El evento reúne elementos de identidad personalizados en las figuras de Atahualpa, Pizarro y Rosa de Lima. La fiesta es Patrimonio Cultural del Perú.

Mundos precolombino y español

La secuencia de la fiesta de Chiquián está conducida por personajes que representan al mundo precolombino – el Inca Atahualpa- y a la Conquista: el Capitán Pizarro. Cada uno tiene un séquito de funcionarios y militares que diseñan el combate entre dos maneras de imaginar la realidad andina y sus conflictos.

Complejidad de cargos

Una trama compleja de cargos estructura la fiesta de Santa Rosa. Los Funcionarios son los más importantes pero también están las Mayoralas, Comisarios, Mayordomos, Estandartes, Depositarios, Abanderados, Capilleros, ghellis, entre otros. La fiesta demanda inversiones millonarias entre sus cargos, quienes financian comida, bebida y música gratuitas por varios días.

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Una fiesta que no cesa

La Fiesta de Santa Rosa comienza cuando termina la celebración del año anterior, cuando mediante las llamadas Elecciones se determinan los diversos cargos que se desempeñarán en la siguiente edición. De esta manera la celebración no se detiene y se reinicia cuando se junta la leña (llantay) para las cocinas que se calentarán en agosto.

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Las pallas, vigilantes del inca

Las pallas en la fiesta son las selectas acompañantes del Inca, danzan con un vestuario inconfundible y llevan sobre un cerquillo de pedrería que cubre sus ojos pues no se debe mirar de frente al Inca. En Ancash aparecen las pallas en diversas celebraciones, con características particulares en cada zona.

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Lo sagrado y lo profano

Un complejo sincretismo une en la fiesta al episodio de Cajamarca con la devoción a santa Rosa, patrona de Chiquián junto con san Francisco: Rosita y Panchito. Lo sagrado y lo profano se integran durante los nueve días que atraen a visitantes llegados de diversos puntos del Perú y el mundo.

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Romeo Reyes, el maestro

Don Romeo Reyes Gamarra es docente jubilado en el Colegio Guillermo Bracale Ramos, de Chiquián. Se trata de un conocedor de la Fiesta de Santa Rosa, quien sostiene que esta es una creación colectiva republicana que fue cobrando forma año a año hasta llegar al guion fijo e inamovible con que se realiza hoy.

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Miguel López, el guía de montaña

Miguel López es un experimentado guía de montaña con estudios de antropología. Su familia porta el hacha que creó el bisabuelo orfebre para el atuendo del Inca en la fiesta de agosto. Según López dicha fiesta contiene elementos precolombinos como la minka y la reciprocidad como vínculos sociales.

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Doña Estelita, la muñeca

A sus ochenta años de edad doña Estelita Díaz sigue siendo el alma de las fiestas chiquianas. Conocida por sus paisanos como muñeca, baila incansablemente en las calles durante las celebraciones. Es célebre también por su talento culinario y por un temperamento que impide que “le pisen el poncho”.

Señor de Conchuyacu

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Cristo en una piedra

Otra importante fiesta chiquiana es la que celebra al Señor de Conchuyacu. Se trata de una imagen que semeja la fisonomía de Cristo, hallada en una roca por don Julián Soto. La celebración se da todos los años durante el mes de mayo y conjuga la procesión con la danza y el consumo colectivo de comida y bebida.

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Los Negritos de Chiquián

La comparsa de Negritos – presente en Ancash y Huánuco- es fundamental en la celebración del Señor de Conchuyacu. Se trata de una sátira sobre la esclavitud de africanos traídos a la fuerza durante el Virreinato para trabajar en las minas y el agro. La danza se acompaña con arpa, violín y trompeta asordinada.

Personajes del actual Chiquián

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Don Marden Garro, tejedor

El clásico poncho chiquiano es tejido con lana de oveja y teñido con nogal. Don Marden Garro Condeso es tejedor por tradición familiar. Su hogar es un centro de tradición de Chiquián donde se toca música, se habla el quechua y se prepara la comida local. Garro integra la casa de la Cultura de Chiquián.

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Don Vidal Toro, sombrerero

Con medio siglo como sombrerero en su natal Chiquián, don Vidal Toro Veramendi aprendió el oficio de su padre y sigue adaptando los modelos de paño (carioca) que llega de Lima y de paja, proveniente de Celendín. “Cuando sale el sol, un sombrero puede estar listo en un día”.

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“Mapi” Cárdenas, escritora

María del Pilar Cárdenas “Mapi”, nació en Huaraz, pero es una chiquiana de alma, corazón y vida. Docente de profesión, desde muy temprano se convirtió en investigadora de la historia, tradiciones y potencialidades de Bolognesi, y hoy es una fuente obligada para quien quiera conocer en profundidad cualquier aspecto de la provincia.

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“Walin” Aldave, comunicador

Roberto Aldave “Walin”, es comunicador, fotógrafo y cineasta. Desde hace décadas está dedicado a registrar y promover los diversos aspectos de la vida de Chiquián. Es autor del slogan “Chiquián, espejito del cielo”. Con sus películas permanentemente se presenta en escenarios internacionales promoviendo su tierra, pero también alertando sobre el calentamiento global.

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Mario Alva, hombre de campo

Don Mario Alva es chacarero y ganadero, miembro de la Comunidad Campesina de Chiquián. Posee una chacra pequeña y nueve vacas, cuya leche se destina a la producción de quesos. “Mucho sufrimiento pasamos, no hay pasto ni agua, no hay reservorios, el agua de las lagunas se va con el río”.

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Andrés Espejo, hacendado

Personaje clave en la modernización de la hacienda tradicional chiquiana, don Andrés Espejo Barrenechea administra Obraje, propiedad de su familia. Hacia el siglo XVII el lugar era conocido como Pincos y fue sede de un obraje de tejidos. Hoy la hacienda va dejando paulatinamente la ganadería para dedicarse a la producción agroindustrial de fresas.

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Eduardo Martin, empresario

Don Eduardo Martin es un empresario chiquiano que actualmente maneja la hacienda La Florida donde produce palta donde antes se cultivaba panllevar y se alojaba ganado. Martín ha legado a Chiquián el hotel La Posada Imperial, destacado establecimiento que mira al futuro turístico de una zona de gran potencial.

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Betty Márquez, chiquiana de pies a cabeza

Las tradiciones de Chiquián tienen en doña Betty Márquez de Cárdenas una guardiana incondicional. En su casona pintada de celeste, ella ofrece platos de la gastronomía local, además del chinguirito, y cuando es convocada para mostrar el vestuario de las chiquianas, así como las danzas y el canto, ella responde con alegría.

Sabores de Chiquián

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El plato de las celebraciones

El caldo de fiesta, como su nombre lo indica, es un preparado chiquiano que se sirve en las distintas celebraciones locales. Se trata de un caldo de res que ha hervido durante toda la noche. Lleva solamente cebolla china picada y aderezo. Se sirve con unas piezas de pan mollete.

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El emblemático cuy

El sabroso locro, o picante de cuy, es un plato emblemático de Chiquián. Un guiso líquido de zapallo y papas acompaña a una presa de cuy frito. El condimento lleva nahui – ají colorado- y el aromático chincho. Es potaje de plato hondo y cuchara, y se acompaña con cancha.

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Mil ochocientos panes al día

Una panadería milagrosa de Chiquián produce diariamente dos sacos de pan de piso; cada saco contiene 1800 unidades. Las artesas de la panadería de Carvajal Calderón no cesan nunca de entrar al horno con masas crudas y salir con deliciosos panes de piso, molletes, tortas de maíz, semitas de trigo, bizcochuelos entre otras variedades de pan.

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Los Carvajal Calderón, panaderos

Los hermanos Pablo y Félix Carbajal Calderón conducen la panadería familiar en el barrio chiquiano de Quihuillán. Ellos llevan más de tres décadas en el oficio, que heredaron de sus tíos. Trabajan en dos turnos diarios y durante la Fiesta de Santa Rosa multiplican la producción y Alquilan los hornos para preparar carnes.

Huasta, grata y tranquila

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Hermosa ciudad

La Plaza de Armas de la pequeña ciudad de Huasta luce muy bien mantenida, con sus árboles trabajados con la técnica de la topiaria y el templo dedicado a santo Domingo de Guzmán. Esta iglesia, como las de otros pueblos de la zona, presenta una portada policromada que se asemeja al altar mayor del interior.

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Las estaciones

En Huasta existen capillas o estaciones al final de las calles principales, donde se venera a diferentes santos de devoción local. La estación de santa Rosa muestra pinturas murales decorativas y la imagen de la santa de manera permanente es homenajeada con flores y velas encendidas.

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Arte callejero moderno

Una reciente demostración de creatividad urbana es la que pinta murales en las paredes exteriores de ciertas calles de Huasta, con motivos de la cultura local como el ganado y los personajes de las festividades patronales. En el pueblo se conservan edificaciones con techos originales de teja, aún no desplazados por la calamina.

Aquia, elogiada por Raimondi

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Armónica ciudad

Aquia fue fundado bajo la advocación de san Miguel Arcángel, cuya imagen aparece en la portada del templo. Raimondi hace referencia a Aquia destacando su adecuada forma, las calles empedradas y rectas, y un emplazamiento próximo a la orilla del río. En Aquia se ubica la hacienda Tallenga, que en su momento simbolizó el gamonalismo.

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Original portada de templo

Quizá con una finalidad de adoctrinamiento, los templos de Aquia y Huasta muestran portadas recargadas y coloridas en cuyas hornacinas reposan las imágenes de los santos de devoción local. Esta forma de decoración presenta rasgos naive y llaman a la creación de un circuito de visitas a iglesias y capillas de Bolognesi.

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Cercanía con los fieles

El púlpito de la iglesia de Aquia sigue el patrón decorativo de la portada, diseño simple y colorido con pinturas que representan flores. Las imágenes policromadas de los santos contribuyen a una mayor cercanía entre los feligreses y sus devociones. Este templo ha sido restaurado luego del terremoto de 1970.

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Doña Esperanza, vigilante del templo

Más que una catequista, doña Esperanza Gallardo es la vigilante de la iglesia San Miguel Arcángel. Ella fue formada en Francia para ejercer su cargo, y diariamente se ocupa de que la población local renueve su devoción católica, al mismo tiempo que supervisa la limpieza y mantenimiento de cada rincón del templo.

Ticllos, población de buen carácter

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La buena gente de Ticllos

En el año 1873, Antonio Raimondi escribió: “Ticllos es población de indígenas, en general de muy buen carácter y cuya industria es la cría de ganado vacuno. Además, tienen sus sembríos de cebada, trigo y alfalfa”. Hacia el año 2002, Ticllos tenía una población de 620 habitantes. Su altitud es de 3655 m s. n. m.

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Mueblería fina

El taller de carpintería y mueblería artística Don Bosco, de Ticllos, está a cargo de Juan Aquino García y es una iniciativa de la Operación Mato Grosso, organización salesiana italiana con importante presencia original en los Conchucos, y hoy extendida en diferentes puntos de los Andes, basada en la cooperación de voluntarios.

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Piezas de exportación

Del taller Don Bosco salen verdaderas obras de arte en madera, tallas, muebles, imágenes religiosas. La Operación Mato Grosso creó estas instalaciones en las que se capacitan jóvenes de la localidad, mientras que las piezas en su mayoría se exportan. Richard Vílchez Torres entrena a dos jóvenes de Ticllos en carpintería.

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Cristianismo primitivo

El templo de San Pedro de Ticllos, como todos los que edifica la Operación Mato Grosso en sus sedes andinas, guarda reminiscencias primitivas acordes con el concepto de cristianismo con fuerte arraigo comunitario con que se guía a la feligresía local. En las madrugadas, jóvenes de Ticllos entonan canto gregoriano.